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Creando un tercer espacio saludable entre el trabajo y el hogar

¿Cómo “llegás” a las personas más importantes de tu vida cuando acabás de pasar 10 horas seguidas en reunión?

¿Realmente estás presente cuando llegás a casa después de un día largo? ¿O los altibajos del día se repiten en tu mente, causando que te obsesiones con los próximos pasos y los mails sin responder, en lugar de estar completamente presente con los que importan de verdad?

Además, en un artículo para Psychology Today, el especialista en terapia de parejas, el Dr. Steven Stosny, dice que “la mayoría de las disputas e intercambios hirientes ocurren en el tiempo de transición cuando uno de los compañeros llega del trabajo a casa”.
Aunque sabemos que crear un equilibrio entre trabajo y vida no se trata de crear el mismo tiempo sino la misma energía, crear un “tercer espacio” podría ser la clave para poder recargarte un poco para ser la pareja, el padre o el amigo que querés ser.

El “tercer espacio”

Desde un punto de vista técnico, el “tercer espacio” es cualquier lugar al que puedas ir para desconectar entre el trabajo y la casa. Podría ser una librería, un gimnasio, pasear al perro, un espacio de meditación o incluso un viaje en auto o en ferry.

Según el Dr. Adam Fraser, consultor australiano de rendimiento e investigador de la Universidad de Deakin, el tercer espacio se trata de “tomarse el tiempo para desconectar del día y decidir cómo te gustaría estar al llegar a casa”.

Fraser da las siguientes sugerencias sobre cómo aprovechar el “tercer espacio”:

1.Reflexioná sobre tu día. Preguntate a vos mismo: “¿Qué salió bien? ¿Qué logré? ¿Qué podría hacer mejor mañana?”. El propósito de estas preguntas es recordarse a uno mismo sobre sus éxitos y fracasos, buscar experiencias de aprendizaje y ajustarse al futuro.

2.Descansá (en un “descanso activo”) haciendo algo que te traiga al presente. Esto podría traducirse como ir a caminar, hacer algún tipo de ejercicio o meditar. También podría ser tan simple como ducharse o cambiarse la ropa del trabajo.

3.Reiniciá por voluntad propia: Decidí cómo querés llegar a casa, si vivís solo o tenés una familia esperando que te metas en la mentalidad del espacio de tu casa. Si tenés algún trabajo que hacer, intentá estar presente cuando llegues a tu casa, reconociendo y haciendo la transición física, mental y emocional. Luego pedí disculpas si surge la necesidad. Podés pasar tan solo 15 minutos en tu tercer espacio, dice Fraser: “No es cuándo aparecés, sino cómo aparecés”.

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